Por Andrés Fiandesio
La democracia es más amplia que la rigidez de una ley incompleta en la riqueza de su texto, que la frialdad rígida de su reglamentación, que los procesos institucionales. Es una dinámica social y política, es una filosofía de convivencia, es la modernidad de las sociedades y sus necesidades, son las políticas y costumbres orientadas al bien común.
Un DNU que interviene más de 300 leyes excede largamente los límites democráticos. Tira a la basura con desprecio y burla miles de horas, días y muchos años de esfuerzos, luchas y labor política, parlamentaria y social que nos dieron derechos vitales de la ciudadanía para defendernos de los abusos del capitalismo y el fascismo. Un proyecto de ley que modifica cientos de leyes que requiere miles de horas de análisis y revisión, cientos de horas de debate en 10 comisiones y en recinto, para que sea aprobada a las apuradas y a las patadas, es un accionar fascista, aunque cumpla las formalidades institucionales.
Que además en su contenido arrasa con miles de derechos de la ciudadanía toda, en beneficio de sectores concentrados de la economía y en desmedro del bienestar general, la soberanía, la República y la Nación. Literalmente están vendiendo la PATRIA !!
Y por eso la represión y la violencia ilegales. NO CIERRA POR NINGÚN LADO.
Y todavía no mencioné la actitud y accionar monárquico, totalitario y burlón del mismísimo presidente de la Nación. Si a mí me dan la cinta de capitán no me habilita a cargar a cachetazos a mis compañeros y al árbitro.
La cantidad de irregularidades institucionales y trampas a la democracia exceden en mucho el espacio de esta columna. Este tren no se pasó dos pueblos, se está pasando AL PUEBLO, se está pasando toda la Nación.