POR ANDRÉS FIANDESIO
El engaño, la mentira y la demagogia no conocen de banderas políticas. Todos los partidos políticos, de todas las orientaciones ideológicas, de todas sus fracciones y todos sus miembros las han ejercido, en mayor o menor medida.
En esta historia de relatos fuimos testigos de cientos y tal vez de miles; pero hay un cofre de joyitas que engarzan cuentos laberínticos, ciencia ficción y hasta trucos de magia.
Este lunes pasado, 22 de abril de 2024, entiendo yo, hemos presenciado la mayor enciclopedia de delirios, mentiras fragantes, invenciones jamás ocurridas y hasta promesas místicas; presenciando, permítanme, la mayor hazaña de proporciones épicas de la historia de la humanidad, nunca antes alcanzada ni por las fuerzas del cielo.
Me permitirá usted que está leyendo esto, la engorrosa y soporífica tarea de citar algunas de las venturosas patrañas escupidas por el ya monarca del Triunvirato:
- Dijo que “no tenemos tiempo para experimentos gradualistas”, pero insólitamente concluyó que sí es una gran solución algo peor, a saber “un programa de estabilización de shock, el más ambicioso de nuestra historia”.
- Volvió a mencionar una hiperinflación inexistente en base a cálculos que no gozan de ninguna rigurosidad científica.
- Se jactó de recortar en un 76% las transferencias de fondos a las Provincias y un 87% la obra pública. Monumental hipoteca al desarrollo de un país.
- Cerrar organismos públicos que se dedicaban a perseguir a los que pensaban distinto. Me resulta imposible explicar a quien sea, la psiquis del señor presidente, que entiende que proteger, promocionar y respaldar a los vulnerables y vulnerados, el desarrollo de la cultura como pilar de una identidad nacional y mantener viva la memoria de las peores atrocidades de nuestra historia; son una persecución ó incluso es “pensar distinto” negar todo esto.
- Todos los aumentos mencionados a programas sociales, son en términos nominales, obviando que ya fueron licuados por la inflación, por lo tanto, no aumentaron nada. Pero es especialmente destacable la crueldad con la que miente diciendo que aumentaron 75% la ayuda para los comedores.
- La inflación se está desplomando. Espero que me entienda una analogía futbolera. Si pierdo un partido 0-5, otro 0-4 y luego cambio el DT, quien en sus 3 primeros partidos ostenta 0-15, 0-11 y 0-8; no necesitamos de matemáticas complejas para entender que ni las derrotas ni la diferencia de gol se están desplomando.
- “Recomposición de los salarios reales que hoy ha empezado a tomar lugar de la mano de una menor inflación”. Esto es textual, aunque parezca ficción. No se puede agregar más nada a esta burla cruel.
- “Haciendo posible lo imposible” dijo, en referencia al ajuste. No es un logro, es una medida. Un logro sería obtener un resultado positivo de esa medida tomada (me siento maestra de nivel inicial). Incluso se quejó de que los logros no son aún mayores por exclusiva culpa del Congreso.
- “El estado presente fue un fracaso estrepitoso que ha sumergido al 60% de la población en la pobreza”. Usa una cifra jamás alcanzada en los últimos 20 años, cuando además, hace menos de 1 mes negó enfáticamente la cifra de pobreza del 53% durante su gobierno. Pero que pedazo de saltimbanqui.
- Hago una última reseña englobando varios datos falsos que requieren mucho tecnicismo aburrido; y que están exclusivamente sustentados por la escuela austríaca, que ya sabemos no cuenta ni con respaldo académico ni empírico. Vamos: mayor presión impositiva del mundo, superávit como única solución al fenómeno inflacionario, la única causa de la inflación es de origen monetario (notar la infantil contradicción con el postulado anterior), el ahorro como secreto de éxito de todos los países desarrollados del mundo.
El incendio, señor desquipresi, en el cual la clase obrera se está quemando viva, no es el fuego de las fuerzas del infierno, sino que son las toneladas de nafta premium (a $1.400 el litro) con el que usted está bombardeando la crisis económica que viene de hace 7 años.
Nunca fue mejor utilizada la frase “un mejor futuro para nuestros hijos”, porque varias son las décadas que vamos a arrancar del calendario en la recuperación de las ruinas que está dejando este gobierno nefasto, esclavista y asesino.
Sepa usted disculpar la extensión inhabitual y engorrosa de mi columna, es que me resultó muy difícil sintetizar 7 tomos de Tolkien.
Allí, en su trono, escoltado por parte de su séquito de pie, en debido símbolo de pleitesía, con voz de hierro, autoridad impostada y ninguna candidez por nuestro país y su pueblo; espetó las leyes que rigen en su reino. Un reino en el que sus “rutas que no conducen a ningún lado” sino a la miseria del pueblo, la economía es fácticamente insustentable y moralmente inhumana, y donde pagamos “justos por pecadores”. Ominoso es ciertamente su gobierno de cuentos laberínticos, crueldades criminales y misticismo enfermizo.
Oíd el ruido de nuevas cadenas.