Por Andrés Fiandesio
No tenemos antecedentes de un discurso presidencial, en la apertura de sesiones ordinarios, tan ordinario en su contenido. Una batería de conceptos abstractos sin sustento ni rigor; un amontonamiento de números vacíos e inventados; y 4 ó 5 puñados de generalidades repetidas mecánicamente y esputadas sin ningún candor por la patria ni su pueblo. La idea política más entendible fue un frío tecnicismo monetario postulado por un economista sin laudos ni reconocimientos significativos.
Y para reafirmar su rusticidad, fue robustecida con una colección de amenazas derechosas y anti patrias; sobre las cuales voy a intentar advertir.
Habló de una reforma previsional, y se hace imposible sospechar que hay una intención de volver al macabro modelo de AFJP.
Somete a las provincias a la dinámica de mercado de oferta y demanda, de canje de valores, vendiendo un pacto para cobrar un DNU. Esta comprensión mercantil de la política, tiene la misma trampa que el mercado: no hay equidad en la puja, lo que convierte a la oferta y demanda en un juego de extorsión.
Deslizó con voz baja un tema completamente fuera de agenda en nuestro país durante todo este proceso de 40 años de democracia. “Estamos imposibilitados de defender el territorio nacional”…. ¿pretende empezar un proceso de militarización? Seria inaudito, sin embargo, el presidente ya hizo una inexplicable compra de aviones caza. Si sumamos su fanatismo por la mayor potencia militar del globo y su obsesión sionista, otro estado ultra militarizado, entonces hay una ecuación posible.
Alarmante silencio sobre relaciones internacionales. Mentirosamente promete disparar la comercialización de los productos argentinos en el mundo, al tiempo que complica las relaciones comerciales con Brasil, China y todo el BRIC, y para peor en su discurso no le da al mundo ningún mensaje político.
El único momento en el que se dirigió de manera directa a la población fue para pedirles “paciencia y esperanza”. Ni una sóla palabra más; nada absolutamente nada. Otra insensible indiferencia al hambre, a la pobreza, a la dificultad de acceder a la educación y la atención médica. Para nosotros, los y las de a pie, no tuvo nada. Su discurso, sus ideas y su pensamiento siempre estuvieron vacíos de ofrendas para nosotrxs.
Fue el único mandatari@ que se atrevió a ignorar la causa MALVINAS. Esa pérdida de soberanía en manos (garras) del poder político, militar y económico. Que nos duele por los pibes, nos duele porque es patria que nos usurpan y nos duele porque nos vulneran la dignidad. El día que abandonemos la defensa de nuestras Islas Malvinas, les habremos abierto las puertas de todo el país.
Y por último subrayo lo único del discurso en lo que coincido, el futuro de la patria está en manos de Las Fuerzas del Cielo.
